Wednesday 29 June 2011

Hector Lavoe

















Por: Alejandro Tafurth

Hoy hace 18 años nos abandonó, debido a una complicación con el SIDA, El Cantante de los Cantantes, El rey de la puntualidad, El Sonero Mayor o simplemente Héctor Lavoe, el más grande músico de Salsa. De infante en mi hogar mi padre escuchaba los temas más aclamados de este maestro, entre ellos “Aguanile”, “Che Che Cole”, “Mi Gente”, “Siento” entre muchas más. Yo siendo un chico ingenuo sin pensarlo coreaba y cantaba las letras más profundas de su repertorio, desconociendo lo que este genio quería expresar a sus seguidores con ellas.

Con el paso del tiempo estas canciones quedaron grabadas en mi mente, pero no fue hasta hace dos años que entendí a este señor de coraza dura, que mediante sus voz no solo expresaba alegría, sino también el sufrimiento que estaba viviendo por dentro. A pesar de esto, cuando entraba en escena mostraba ser un hombre radiante y alegre, un hombre que al frente del micrófono se olvidaba de su mundo de infelicidades, para vivir por tan solo 2 horas en el mundo que creo con su voz. Aunque era el icono que representaba la fuerza, era débil como todos nosotros y después de una larga lucha se desvaneció con su soledad en un pequeño apartamento de New York.

Leer sobre la vida de Héctor Lavoe es el equivalente a leer una tragedia del escritor griego Eurípides. Un escrito con acontecimientos felices, amargos, precarios, trágicos, de exceso, depresivos y solitarios, un aspecto que marca el desenlace de esta novela. Su protagonista Héctor Lavoe, un hombre con una voz excepcional que se preguntaba ¿Cuándo llegaría el día de su suerte? o ¿Cuándo llegaría su final? Proclamaba a la fama como una maldición, la culpable de la soledad que vivió al final de su vida, donde su único amigo fiel fue su voz, su música.

Maestro, como usted no habrán dos y solo quiero decirle que hace 18 años llego el día de su suerte. Cuando abandono el mundo de amargura que le toco, siendo una persona que todo el mundo amo, pero cuando los necesito lo olvidaron, y no supieron valorar todo el esfuerzo que hizo para alegrar sus vidas con su voz, con su música, enfrentando sus problemas sin desvanecerse. Solo queda darle las gracias por todo su esfuerzo, fortaleza y extraordinaria voz, la cual con el paso de los años suena cada vez mejor.