©Bryan Sheffield
Deap Vally es un torrente eléctrico, una demostración musical de poder. Del comienzo al final, este grupo arranca con fuerza y se mantiene allí, levitando entre la rudeza, la aspereza y la hostilidad de unos instrumentos afinados solamente para contagiar sin remedio a quien los escuche.
El género de estas mujeres es un Rock n' Roll que se ufana de su impureza, pues atraviesa sus influencias y las destroza en el camino, pero también con la intención de dejarlas vivas, bien presentes. Mal que bien, se escucha entre líneas el sonido de Led Zeppelin, White Stripes y Joan Jett.
Las integrantes, Lindsey Troy y Julie Edwards, hacen parte de aquella corriente brusca, basada en un estilo agresivo con grandes distorsiones, baterías repetitivas y voces agudas, chillonas y deliciosas al oído. Se visten, se mueven, se presentan como lo que tocan: son, sin duda, coherentes con su género.
Deap Vally es una propuesta musical sencilla, confiada en su ritmo. Es una banda netamente norteamericana, eso sí, consciente de una identidad; tanto así que consiguen elevarla a un punto de algidez y ruido que resulta inevitable ignorar para muchos gustos. -Juan Botía
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