Bugg es el heredero directo del folk europeo, la encarnación de una tradición musical que parecía haberse perdido entre la multitud de géneros del nuevo siglo. Del muchacho no sorprende tanto la edad, ni las giras en las que ha acompañado a los Stone Roses, The Killers y a Noel Galagher, sino la marcada madurez con la que ha asumido sus influencias y las ha convertido, minuciosamente, en una revelación.
Su música es fundamentalmente sencilla, a excepción de la exigencia de los acordes en guitarra acústica que acompañan la mayoría de sus canciones. Esa misma sencillez abanderada por el folk es a veces vulnerada por Bugg con alguna intervención de la guitarra eléctrica.
Hay inflexiones indiscutibles de The Beatles, Oasis, Arctic Monkeys en la voz y un remoto aire a The Smiths en el ritmo instrumental del muchacho inglés; ya fichado por Mercury Records, ha pisado el Glastonbury, hecho su aparición en Jools Holland y en las prestigiosas presentaciones de la BBC.
Sobre Bugg se ha dicho, quizá certeramente, que está arrojando las primeras luces sobre el camino de vuelta hacia la buena música. Cierto es que el joven es una de las verdaderas promesas de la escena, y que su condición de semilla terminó hace tiempo, desde que anunció gira para principios del año que llega. -Juan Botía
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