Nicolas Btesh (Voz-Guitarra), Ezequiel Keselman (Bajo-Coros), Dani Zelko (Batería) | Buenos Aires, Argentina.
Por: Priscila Cortez (Argentina)
Siempre me han gustado los tríos. También las bandas de tres integrantes. Fuera de los chistes con doble sentido, lo interesante de las agrupaciones de tres integrantes es su desinterés en necesitar una guitarra líder ó un músico que solo se encargue de cantar. Así parece ser el caso de LYMON, un joven trío de veinteañeros que fusionan la electrónica con el pop, el rock cítrico y el indie.
Éstos chicos cuentan con un sonido bastante personal, pero se les puede reconocer influencias como: Phoenix, Coldplay, Franz Ferdinand, Radiohead, entre otros y en el orden nacional, Soda Stereo (en sus primeros pasos). Nicolás Ezequiel y Dani toman protagonismo en la escena actual a partir del año 2007, cuando tocan en el Personal Fest y lo refuerzan en el 2008 cuando ganan el concurso “Vamos las Bandas”, Organizado por El Gobierno de la ciudad de Buenos Aires bajo la producción de Lito Vitale.
Su dedicación, esfuerzo y persistencia permiten que LYMON grabe su primer EP denominado “Modernito” (2009), cuyo video-clip resulta super agradable por su talentoso y simpático protagonista, el adorable Teo. A partir de allí, realizan numerosas presentaciones en vivo y para la TV e inclusive llegan a tocar en el festival Pepsi Music 2010, dándole un cierre a una etapa, para inmediatamente lanzarse a su nuevo proyecto, que hoy es su presente y ya es conocido como “Victoria” (2011).
Se trata de su segundo EP producido por Flavio Etcheto (Isla de los Estados), lo cual reconocen como un “punto de inflexión” para la banda. El nuevo material (más rockero) consta de seis canciones y fué grabado en Unísono, el estudio de Gustavo Cerati, y en su propio estudio, París. Sin embargo, también respetaron su naturaleza experimental y se fueron a grabar a jardines, y se encerraron en galpones gigantes para jugar un poco con los límites a la hora de la creación.
La propuesta en “Victoria” se mantiene bien arriba casi todo el tiempo. Desde el inicio comienza a levantar temperatura, si bien las letras no son demasiado pretenciosas. Lo más importante es que es imposible no moverse, ya que las baterías toman la delantera y construyen la estructura de cada una de las canciones. Mientras que, los sintetizadores y las guitarras van coloreando, dibujando y dando forma a las melodías, que se transforman y mutan constantemente, pero siempre arrasando con todo lo que encuentran a su paso.
En “Libro” encontramos piezas accesibles, inmediatas y pegadizas. Después “Camino” y “Lila” nos recuerdan al momento más electrónico de Gustavo Cerati en “Siempre es Hoy”. Luego sigue “Espiral” canción que se asemeja mucho al estilo de Alex Kapranos y su banda. Continúa “Victoria” que tiene ese algo de psicodelia veraniega que tanto nos gusta, y finalmente cierra el EP “Jardín” más experimental y naif en comparación a los anteriores, impecable todo.
Su nuevo trabajo se mantiene constante, sin altibajos y se nota una gran preocupación por no caer en lugares comunes, ni estribillos previsibles. Juegan bastante con las guitarras, rebuscando melodías inciertas en los pasajes instrumentales, destinados tan solo a eso: a mostrar una vuelta de tuerca en su estilo. Ratificando que con las influencias no sólo se puede robar y plagiar panchamente, sino también se las puede combinar con gracia, maestría y pasión.
En una época en que abundan los rellenos y la lógica mercantil de los singles, se agradece infinitamente la propuesta que trae LYMON (sin contrato discográfico). Ésta es sin dudas una de las bandas más alegres, moderna y con arreglos más que interesantes en la escena emergente actual de Argentina.
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